66 | nº 36, pp. 65-85 | enero-junio de 2023Cobertura de la Covid-19 en la prensa de calidad. Cuando las portadas alarman y los editoriales tranquilizan...ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978doxa.comunicación1. IntroducciónLas crisis sanitarias pueden convertirse en una disrupción del quehacer periodístico, que genera una especie de estado de ex-cepción comunicativo. La comunicación de emergencias deviene un reto mayúsculo y fundamental, y aparejado con él la noción de riesgo. La risksociety o risikogesellschaft, a la que tanto Giddens como Beck han dedicado sendos esfuerzos (Beck; Lash y Gid-dens; 1997; Beck, 2006), congura un marco de referencia a partir del cual entender la modernidad reexiva y la noción y comu-nicación de riesgos. En la sociedad contemporánea, cabe confrontarse con el futuro bajo la premisa del riesgo, en una ubicuidad moderna del término (Galindo, 2015), especialmente relevante en el manejo de crisis sanitarias que exigen equilibrios difíciles entre las medidas económicas, sanitarias y políticas. Las crisis son la esencia de una (pos)modernidad caracterizada por una presunta ausencia de poder visible, en un contexto cada vez más globalizado y donde las estructuras de control se invisibilizan (Hardt y Negri, 2000). Esto hace proliferar las crisis en una especie de continuum, con repuntes constantes. La incertidumbre y el riesgo son el resultado de una sociedad que vive encarada hacia el futuro (Beck, Lash y Giddens, 1997) y que construye su relación con él en un cálculo constante de posibilidades. El futuro se percibe, por tanto, como un resultado de equiparar y valorar riesgos e incertidumbres. En este contexto, la comunicación de dichos riesgos a la sociedad resulta esencial en el manejo de las crisis, también las sanitarias. No en vano, la OMS considera la comunicación de riesgos una de sus principales actividades como organización. Parte de su bibliografía consiste en una serie de reexiones y recomendaciones al respecto: desde unas guías para establecer los elementos básicos en la comunicación en emergencias sanitarias (WHO, 2017a), revisiones sistemáticas que permitan establecer criterios básicos de recomendación (WHO, 2017b), estudios de comunicación efectiva por parte de los medios de comunicación (WHO, 2005a), hasta guías para comunicar especícamente brotes (WHO, 2005b). De manera complementaria, múltiples revisiones han analizado y sistematizado estas u otras recomendaciones, y las han aplicado, con matices, a contextos de crisis denidos, como, por ejemplo, los brotes de ébola, Zika y ebre amarilla (Toppenberg-Pejcic et al 2019) o la pandemia de gripe aviar (Abraham, 2011). En paralelo, se han desarrollado distintos modelos sobre la comunicación de crisis, desde el de Reynolds y Seeger (2005) hasta el de Sandman (1993), y decálogos de propuestas para el manejo de riesgos en comunicación (Pont- Sorribes y Corti-ñas-Rovira, 2011). riales se han encontrado disfunciones, la mayoría de entidad lingüísti-ca. Los editoriales suelen transmitir un mensaje de rigor, prudencia y sosiego. Se verica el teorema periodístico que arma que, en el curso de una crisis sanitaria grave, en los editoriales se encuentra la informa-ción periodística más veraz y tranquilizadora, en contraposición a las portadas, que tienden al alarmismo y al sensacionalismo. Se añade un corolario a este teorema: las disfunciones periodísticas en los edito-riales se incrementan si se da en un contexto de polarización política.Palabras clave:Alarmismo; Covid-19; disfunción periodística; editorial; portada.prudence, and calm. is seems to concur with the journalistic theorem arming that, during a serious health crisis, the most truthful and reassuring information is to be found in editorials rather than on front pages, which are more alarmist and sensationalist. A new corollary is proposed for this theorem: journalistic dysfunctions in editorials increase in a polarised political context.Keywords:Alarmism; Covid-19; editorial; frontpage; journalistic dysfunction. doxa.comunicación | nº 36, pp. 65-85 |enero-junio de 2023Bertran Salvador-Mata y Sergi Cortiñas-RoviraISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-397867La relación con el público se convierte en esencial en el manejo de crisis sanitarias, desde una vertiente dialógica y sin escatimar detalles, haciendo evaluaciones de riesgo cientícas y correlacionando con las necesidades de la audiencia (Seeger, 2006), y junto a ello coordinarse con fuentes creíbles. Del mismo modo, esta relación debe empezarse cuanto antes y se debe construir estableciendo canales de comunicación bidireccionales. El riesgo debe ser reconocido, analizado y expuesto con honestidad, incluso ante las equivocaciones propias o ajenas (Sandman, 1993). La comunicación de riesgos ocupa un terreno fértil en el campo periodístico y parte de la base de que el público tiene derecho a conocer los riesgos y peligros de una situación crítica. El cómo debe darse esta comunicación, sin embargo, está en constante debate. Hay posturas que abogan por dibujar el peor escenario posible a priori, para generar así una situación de preparación en la población que evite el pánico en caso de que la crisis realmente empeore, lo que han dado por llamar teoría de la inoculación (Jones, 2010; Anderson y McGuire, 1965). Esta línea encaja con posturas losócas como la de la heurística del temor, sostenida por el lósofo Hans Jonas (1995), donde ante el miedo a la futura catástrofe la moral debe generar una acción preventiva, aunque la propia hecatombe sea solo una posibilidad. Comparten con la WHO (2005a) la necesidad de alertar rápidamente de situación de crisis. Aun así, no está claro que dibujar un escenario extremadamente negativo al principio sea la mejor opción, más bien se suele abogar por mantener un equilibrio entre los riesgos conocidos y las incertidumbres que cabe comunicar, sin emplear información vacía. Para ello, Reynolds y Seeger (2005) proponen un modelo para el manejo de crisis y comunicación de riesgos. Dividido en cinco fa-ses, establece los siguientes tiempos: precrisis (donde se dan avisos y se comunican riesgos), evento inicial (donde debe reducirse la incerteza y dar mensajes de ecacia), mantenimiento (donde se sigue reduciendo la incerteza y se mantienen los mensajes de ecacia), resolución (resolución, discusión sobre la causa y nuevos riesgos y previsión de futuros riesgos), evaluación (donde se evalúa el nivel de adecuación de la respuesta y las lecciones aprendidas). Partiendo de la base de que las crisis tienden a un mismo patrón, este modelo pretende anticiparse y servir de guía para el manejo de las comunicaciones en función de la fase y el momento. A pesar de la existencia de experiencias previas, el ejercicio periodístico en una pandemia se ve muy alterado, lo que dibuja un es-cenario muy propicio a que se presenten disfunciones periodísticas. Ello es agravado por la falta de protocolos concretos –amén de los códigos deontológicos, que pueden resultar muy genéricos–, por la propia naturaleza del trabajo contrarreloj y por la falta de formación en ciencia en las redacciones, más allá de unos pocos periodistas especializados (Cortiñas-Rovira et al, 2014; Cas-sany-Viladomat, Cortiñas-Rovira y Elduque-Busquets, 2018). El estado de excepción periodístico que se produce durante una crisis sanitaria se caracteriza por, entre otros, un incremento sustancial del número de noticias. En el período que va del 27 de abril al 3 de mayo de 2009, coincidiendo con la crisis de la gripe H1N1 (o gripe A), Duncan (2009) detectó 3.979 piezas que trataban directamente el tema de la gripe H1N1 entre una selección de los principales medios europeos. Para un período de un mes en un momento de no crisis (15 de enero a 15 de febrero de 2009), el total de artículos que trataban temas de salud en general fue de solo 2.824. Zanetti et al. (2012) detectaron en la misma crisis una sobreexposición de la temática, especialmente en las portadas de los medios italianos. Lewison (2008) reportó un pico informati-vo con el brote de SARS 2003, especialmente concentrado en la semana del 20 de abril, prácticamente triplicando contenidos con respecto al 23 de marzo. En esa misma crisis, Chan et al. (2003) detectaron una correlación entre el incremento de publicaciones y nuevos casos, pero también halló un lapso donde no hubo cobertura del brote, coincidiendo con el inicio de este. 68 | nº 36, pp. 65-85 | enero-junio de 2023Cobertura de la Covid-19 en la prensa de calidad. Cuando las portadas alarman y los editoriales tranquilizan...ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978doxa.comunicaciónEl mismo patrón ha sido detectado en el caso de la Covid-19. Lázaro-Rodríguez y Herrera-Viedma (2020) detectan una explosión mediática en torno a la crisis, con su apogeo en España en el decreto del estado de alarma, donde se llegan a detectar más de 45.000 noticias digitales que, además, representan la mayor parte del contenido publicado en prensa. Este hecho correlaciona con la explosión pandémica de la información cientíca, tal y como ha indicado Torres-Salinas (2020) analizando su publicación en distintas bases de datos (Scopus, PubMed Central y WoS entre otras). Más allá de este exceso de información, estas crisis comunicativas se caracterizan por una serie de disfunciones periodísticas que van repitiéndose, en mayor o menor grado. Entre las disfunciones ya identicadas previamente en contextos de crisis sanitarias se hallan, como las más importantes, los periodos o marcos de alarmismo, sensacionalismo, generación de un discurso del mie-do (Altheide, 2002) o el empleo de un lenguaje belicista o deliberadamente exagerado. Se detectaron, por ejemplo, en el caso de la gripe H1N1 (Liuccio et al, 2012; Trucchi; Domnich y Casabona, 2011). En el caso italiano, se apunta que hasta un 47.9% de los infográcos analizados tenían un tono alarmante, con importancia en el uso de imágenes sensacionalistas (Zanetti et al, 2012). En el caso español, un análisis de la cobertura mediática de los primeros compases del mismo virus también detectó alarmismo, sensacionalismo, falta de un mayor trabajo divulgativo en aspectos propiamente cientícos y problemas de rigor en algunos con-tenidos (Camacho, 2009; Cortiñas-Rovira; Pont-Sorribes y Alonso-Marcos, 2015). Estudios previos señalan que las disfunciones periodísticas no mantienen un patrón unitario entre las distintas secciones. Cor-tiñas-Rovira, Pont-Sorribes y Alonso-Marcos (2015) han propuesto un teorema que arma que en los editoriales se encuentra información más veraz y pertinente en los contextos de una crisis sanitaria que en las portadas. Este trabajo pretende comprobar dicho teorema aplicado a la producción periodística en el apogeo de una pandemia mundial, como es el Covid-19. Si ya de por si el tratamiento de una crisis como una pandemia supone una tensión máxima en un medio de comunicación, en el caso del Covid-19 debemos considerar otros problemas añadidos que en otras crisis sanitarias fueron mucho más leves: (1) reducción del número de trabajadores y trabajadoras por efecto de la pandemia, (2) dicultades en la movilidad, (3) complica-ciones en el acceso a las fuentes, especialmente las médicas, también desbordadas por la situación, y (4) posibles afectaciones emocionales en periodistas y fuentes.Todo ello ha propiciado un contexto periodístico sumamente complejo, muy pertinente para analizar. Esta investigación analiza los productos periodísticos publicados durante un mes en el apogeo de la crisis del Covid-19 para analizar las disfunciones perio-dísticas más presentes en estas piezas, así como establecer una comparativa entre dos elementos distintos: los editoriales y las por-tadas, con la intención de denir sus diferencias y sus aportaciones en la formación y alfabetización de la población en un contexto de crisis. Asimismo, pretende poner a prueba el teorema propuesto por Cortiñas-Rovira, Pont-Sorribes y Alonso-Marcos (2015). 2. MetodologíaEste estudio analiza la cobertura periodística realizada durante el apogeo de la pandemia a través del estudio de contenidos re-ejados en las portadas y los editoriales de cuatro de los principales diarios del estado español (El País, El Mundo, la Vanguardia y El Periódico) en el periodo comprendido entre el 17/04/2020 y el 17/05/2020. doxa.comunicación | nº 36, pp. 65-85 |enero-junio de 2023Bertran Salvador-Mata y Sergi Cortiñas-RoviraISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-397869Se ha escogido este periodo temporal, que coincide parcialmente con otros estudios sobre Covid-19 (Torres-Salinas, 2020) por-que se encuentra en el ecuador del primer estado de alarma (comprendido entre el 15/03/2020 y el 21/06/2020). Representa aproximadamente un tercio de dicho periodo, resultando por tanto una muestra signicativa y que permite analizar la evolución del tratamiento periodístico de la pandemia, una vez la situación se normaliza dentro de la excepcionalidad. Para la selección muestral se recuperaron las portadas y los editoriales publicados en el periodo analizado en formato digital. Para las portadas se utilizó el servicio de hemeroteca de los distintos periódicos, para los editoriales se utilizó la herramienta FACTIVA, añadiendo ltros de fechas, tipo de contenido (editorial) y periódico. Del total de piezas recuperadas, se excluyeron to-das aquellas que no trataban la pandemia de Covid-19 o sus derivados (medidas económicas, educativas o sanitarias). La n nal fue de 124 portadas y 151 editoriales. La Vanguardia y El Mundo publicaron un número elevado de editoriales que ha cumplido con los criterios de inclusión, de modo que su muestra se encuentra sobredimensionada con respecto a los otros dos periódicos. Tabla 1. Descripción de la muestra analizadaPortadaEditorialesTotal Total El País3126El Periódico3129La Vanguardia3150El Mundo3146124151Fuente: elaboración propiaUna vez obtenida la muestra, se aplicó un análisis de contenido inductivo mixto (cualitativo y cuantitativo). En él, los autores examinaron individual y cualitativamente todos aquellos elementos presentes en las portadas (título, antetítulo, subtítulo, piezas principales y secundarias, friso y fotografías) y en los editoriales (título, subtítulo, texto) susceptibles de contener disfunciones periodísticas. Las distintas disfunciones identicadas se pusieron en común y se debatió dialógicamente cada uno de los casos. En segunda instancia, se codicaron dichas disfunciones, agrupándolas entre sí, hasta dar con un total de siete categorías, nom-bradas de forma dialógica. Estas categorías o “encuadres” se obtuvieron por una vía inductiva a partir de indicadores como metáforas, ejemplos, argumentos, imágenes... Se partió de la base que los encuadres o frames no aparecen de manera explícita y, por tanto, para categorizar e interpretar los resultados cabía realizar un proceso inmersivo en la muestra (como apunta, por ejemplo, Ardévol-Abreu, 2015).Se procuró, cuando se pudo, vincular las categorías de las disfunciones o encuadres con concep-tos estandarizados en la bibliografía (por ejemplo, alarmismo, discurso del miedo, sensacionalismo, uso de lenguaje belicista); en otros casos, se crearon disfunciones especícas que la muestra demandaba, de carácter más deontológico (trato inadecuado de colectivos desfavorecidos; vulneración de la privacidad). En el caso de la portada, se hizo necesario crear una codicación adicional: incluir opinión. 70 | nº 36, pp. 65-85 | enero-junio de 2023Cobertura de la Covid-19 en la prensa de calidad. Cuando las portadas alarman y los editoriales tranquilizan...ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978doxa.comunicaciónLas disfunciones que se identicaron y codicaron en el estudio muestral fueron las siguientes: (1) crear alarma social, (2) fo-mentar el discurso del miedo, (3) usar un lenguaje bélico o catastrosta, (4) usar un lenguaje deliberadamente exagerado, (5) caer en el sensacionalismo, (6) vulnerar la privacidad, (7) tratar de forma poco adecuada a los grupos sociales desfavorecidos u otros grupos especialmente sensibles. En el caso de las portadas, se tuvo que añadir un octavo: (8) no observar la separación de información y opinión.En tercer lugar, se establecieron frecuencias cuantitativas en función del número y tipo de disfunción detectadas en cada periódico. Dado que el proceso de codicación fue inductivo, está sesgado a favor de las disfunciones periodísticas presentes en las por-tadas, puesto que eran más recurrentes y variadas. Aun así, en algunos de estos casos los editoriales también contienen dichas disfunciones, como se apreciará en los resultados y la discusión. El objetivo principal del estudio es identicar las disfunciones presentes en estas piezas y, a continuación, comparar su frecuencia, su etiología y su importancia en función de la sección donde se encuentran publicadas (editoriales o portadas) y del periódico. El objetivo secundario del estudio es vericar si en el contexto del Covid-19 se cumple el teorema periodístico propuesto para la crisis sanitaria de la Gripe A (H1N1), que sostiene que los editoriales contienen información más able (Cortiñas-Rovira; Pont-Sorribes; Alonso-Marcos, 2015). 3. ResultadosDel total de 124 portadas analizadas, se han identicado disfunciones en 33 (26% del total). En estas portadas, se han contabiliza-do hasta 63 disfunciones distintas (1,9 disfunción por portada). Por lo que respecta a los editoriales, el número de piezas donde se han identicado disfunciones es menor, 21, correspondientes al 14% del total. Excepto en un caso, solo se ha hallado una dis-función por editorial. La Tabla 2 reúne los datos obtenidos en función de cada periódico y género analizado.Tabla 2. Portadas y editoriales con disfunciones y total de disfunciones por periódicoPortadasEditorialesTotal Con disfuncionesDisfunciones totalesTotal Con disfuncionesDisfunciones totalesEl País317132644El Periódico3113 232922La Vanguardia31485044El Mundo3191946111212433631512122Fuente: elaboración propia doxa.comunicación | nº 36, pp. 65-85 |enero-junio de 2023Bertran Salvador-Mata y Sergi Cortiñas-RoviraISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-397871El medio que más disfunciones cuenta en las portadas es El Periódico, con 23 disfunciones en 13 portadas distintas, seguido de cerca por El Mundo, con 19 disfunciones en 9 portadas. En los editoriales, el periódico que lidera ampliamente en disfunciones es El Mundo, con 11 editoriales incluyendo algún tipo de disfunción periodística (cerca del 24% del total de la muestra). La Tabla 3 reeja todas las disfunciones halladas en las portadas y su tipología. La disfunción más frecuente identicada es la 4 (usar un lenguaje deliberadamente exagerado), que se ha producido hasta en 14 ocasiones. La segunda más recurrente es la 2 (fomentar el discurso del miedo), que se ha identicado 11 veces. Le siguen de cerca la 1 (crear alarma social) y la 5 (caer en el sensacionalismo), con 10 apariciones cada una. Incluir opinión (disfunción 8) se ha identicado en hasta 7 ocasiones. La 6 (vul-nerar la privacidad) en 5, la 3 (usar un lenguaje bélico o catastrosta) en cuatro ocasiones. La 7 (tratar de forma poco adecuada colectivos vulnerables) solo se ha encontrado en dos ocasiones.El examen de los editoriales arroja unos resultados dispares. Se han hallado disfunciones en 21 de las 151 editoriales (un 14%), si bien en todos los editoriales menos en uno solo se ha hallado una única disfunción. La etiología de estas disfunciones ha sido la 4 (usar un lenguaje deliberadamente exagerado), en 13 ocasiones y la 3 (usar un lenguaje bélico o catastrosta), en 9 ocasiones. No aparecen, por tanto, ni discursos alarmistas, ni generadores de miedo, ni sensacionalistas, ni se vulnera la privacidad de co-lectivos o se trata de forma poco adecuado a colectivos vulnerables. En este sentido, las vulneraciones presentes en los editoriales son de categoría menor, en tanto que no incurren en las principales malas praxis descritas en la introducción, sino que tienen un carácter lingüístico. Se ha detectado que las vulneraciones en los editoriales suelen ser de carácter político, vinculadas a la discusión y la arena políti-ca. El periódico El Mundo es quien concentra la mayoría de estos editoriales con disfunciones periodísticas. El Periódico, con solo 2 editoriales con disfunción, es el periódico que incurre en menos errores periodísticos en esta categoría. 72 | nº 36, pp. 65-85 | enero-junio de 2023Cobertura de la Covid-19 en la prensa de calidad. Cuando las portadas alarman y los editoriales tranquilizan...ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978doxa.comunicaciónTabla 3. Disfunciones identicadas en las portadas de los distintos periódicos por tipologíaFuente: elaboración propia11Tabla 3. Disfunciones identificadas en las portadas de los distintos periódicos por tipología Fuente: Elaboración propia A continuación, se detallan y explican de forma contextualizada las vulneraciones de los códigos deontológicos encontradas en la muestra analizada.Disfunción (localización, fecha) Tipo de disfunciónEl País La generación triturada (Titular pieza secundaria, 26/04/20) 4Ataúdes de cartón en Nueva York (Fotografía central, 28/04/20) 5Fusiles contra el confinamiento (Titular pieza secundaria, 2/05/20) 3Los jóvenes, arrasados por la crisis (Titular pieza secundaria, 10/05/20) // “En la desescalada se pueden cometer errores muy traumáticos” (Titular pieza principal, cita de Carmen Calvo, 10/05/20) 4 // 2, 1 ¿Es lícito infectar a personas sanas para buscar una vacuna? (Titular pieza secundaria, 14/05/20) 1, 2 La epidemia hundió Detroit en 72 horas (Friso, 16/05/20) 4, 2 ¿Hay que encerrar a los viejos? (Friso, 17/05/20, Opinión)2, 1, 7 El PeriódicoImagen de la morgue (Fotografía central, 17/04/20) 5Imagen de un niño reconocible (Fotografía central, 18/04/20) 6Imagen de niños reconocibles (Fotografía central, 22/04/20) 6Esperanza y miedo en la UCI (Titular notica secundaria, 23/04/20) // Imagen de un box de la UCI (Fotografía central, 23/04/20) 2, 5 // 6, 5 Pánico en el país de los bares (Titular pieza secundaria, 25/04/20) 2, 1 La catástrofe exige reformar los geriátricos (Titular pieza secundaria, 28/04/20) 4España, campeona en “crispación” vírica (Subtítulo pieza principal, 06/05/20) 8, 4 La escuela del virus (Titular pieza principal, 08/05/20)// Imagen de niños reconocibles en conferencia (Fotografía central, 08/05/20)4 // 6 La pandemia amenaza con más miseria a América Latina (Titular pieza secundaria, 10/05/20) 2El virus aboca a la extinción a la venta ambulante (Titular pieza secundaria, 11/05/20) //Imagen de un profesional sanitario con equipo de protección (Fotografía central, 11/05/20) 4 // 1, 5 Pobreza sobrevenida (Titular pieza principal, 14/05/20) 1Muerte y devastación económica en dos meses de confinamiento (Subtítulo pieza principal, 15/05/20) 1, 5, 4 El miedo al hambre se suma a los impagos de facturas (Subtítulo pieza secundaria, 17/05/20) 2La VanguardiaLas aterradoras cifras del virus en las residencias: ¿qué ha pasado? (Titular pieza secundaria, 26/04/20) 4, 2 Más muertos que en la Guerra del Vietnam (Pie de fotografía, 1/05/20)//Imagen de una mujer arrastrando un muerto (Fotografía central, 1/05/20) 3, 2 // 5 Invasión de franceses desconfinados en la Jonquera (Titular pieza secundaria, 12/05/20) 3, 1 El virus dejará un cierre masivo de comercios (Pie de la fotografía central, 13/05/20) 4El Mundo Los mellizos del coronavirus (Titular pieza secundaria, 20/04/20)//Imagen de dos recién nacidos reconocibles (Fotografía central, 20/04/20) 4 // 6 Un Gobierno rebasado rectifica en horas sobre el paseo infantil (Titular pieza principal, 22/04/20) 8El naufragio de la gestión deja a Sánchez más solo que nunca (Titular pieza secundaria, 23/04/20)// Fin a la morgue de hielo, símbolo de la pandemia (Titular pieza secundaria, 23/04/20) 8 // 5, 4, 1 Illa tergiversa los datos para doblar la curva de la pandemia (Titular pieza principal, 25/04/20) 8Control de temperatura en súper chinos de Madrid (Pie de fotografía central, 29/04/20) 7El Estado se prepara para un aluvión de demandas por la mala gestión del COVID-19 (Titular piezaprincipal, 04/05/20) 8